En esta ocasión, ‘CDS’ vuelve a esta serie de ‘sin cortes’ que tanta paz le transmite. Ver la vida sin efectos espejo, sin filtros, sin niebla, nos transmite SOSIEGO, además de esa dosis de realidad que tan necesaria es a veces.
Esta vez, la Playa de Levante fue nuestra confidente. Allí, soltamos lastre, del que no contamina el ambiente, pero sí los adentros. Allí respiramos fuerte, tanto que nos trajimos un buen enfriamiento en la mochila.
Fue como ese refrán que enumera eso de ‘palos con gusto no duelen’.
Allí, volvimos a VIVIR ls rectitud del oleaje en esta, una de esas playas con poca pendiente y cuyo ir y venir del mar resulta prácticamente hipnótica.
Y así, a la deriva, dejamos todo aquello que nos sobraba y recogimos todo aquello que sobraba o que tanto necesitamos.
Nosotrxs seguimos el camino. ¿Te unes? ¡Hasta la próxima!
En esta ocasión, ‘CDS’ vuelve a experimentar esa sensación de pureza, de serenar cuerpo y mente, de buscar un equilibrio entre lo terrenal y lo pasional, lo que sale de dentro.
Sin pensarlo, pusimos rumbo a Cala Cortina, la playa de la iudad en la que nacimos y crecimos, donde pasamos nuestra infancia, nuestros mejores años.
Allí, sentimos que jugamos en casa, que las olas se baten en duelo para ser únicas, para que seas capaz de percibirlo dando lo mejor de sí.
Nosotrxs seguimos caminando por cada orilla, sintiendo las gotitas de mar en nuestro rostro, VIVIENDO, en mayúsculas.
Nosotrxs seguimos pensando en ti, en nuestras personas favoritas. Mucho, siempre.
Ahora toca seguir a pesar de las trabas, de los imprevistos. Toca tener paciencia y esperar, seguir. Toca seguir. Hasta la próxima.
En esta ocasión, ‘CDS’ acudió a la llamada de Rocío Belmonte, fotógrafa cartagenera al mando de ‘Mi Costa Sin Plásticos’, entidad que se dedica a realizar, periódicamente, diferentes jornadas de limpieza de playas de la zona.
Además, y siempre que puede, lo realiza en solitario, y es que toda acción suma y toda beneficia.
Ella, junto a su hijo Joel, ya se encontraban en la zona acordada cuando llegamos. Los Urrutias era esa zona acordada, la zona elegida esta vez, muy afectada tras la ‘Dana’ pasada.
Fue bastante triste comprobar cómo, tras haber publicado dicha jornada en las redes sociales con la suficiente antelación, claro, no había acudido nadie más al lugar. Y a nosotrxs nos surge una pregunta: ¿de qué sirve entonces congregar a unas 55000 personas en una manifestación a favor de una mejora del Mar Menor si luego, a la hora de la verdad, no se actúa?
Al final, las palabras se las lleva el viento, y tan solo logras algo de sosiego y bienestar con hechos, con actos de fe.
Allí, permanecimos unas 2 horas y, como siempre sucede, encontramos de todo: una zapatilla de deporte, plásticos en todas sus versiones, vidrio, colillas, encendedores…
Poco a poco, la desolación del lugar, mezclada con la de la ausencia de público, dieron paso al bienestar que te produce esa sensación de haber hecho lo correcto.
Toca seguir, pero también estar en la distancia, sin palabras, pero con corazón y alma. Os esperamos. Os espero. ¡Hasta la próxima!
En esta ocasión, ‘CDS’ se adentró en el maravillo mundo de descubrir nuevo lugares, nuevos remansos de VIDA, y en muy buena compañía.
Mazarrón esconde tesoros maravillosos, y este en concreto nos dejó con la boca abierta. Tanto, que aún no nos vemos capaces de cerrarla por completo.
La Playa de Percheles, catalogada como la cuarta cosa por hacer en Mazarrón, según lxs usuarixs de ‘Tripadvisor’, subió como la espuma a los primeros puestos de nuestro ranking de ‘playas con encanto’.
En un prinicipio nos recordó a la Playa del Gorguel, muy cercana al pueblo pesquero de Portmán, lugar que nos recuerda a nuestra infancia, a nuestra adolescencia.
Sus 290 metros de longitud nos hicieron disfrutar de lo lindo. Es esa sensación de no querer que el tiempo avance, de no querer dar demasiados pasos para que el terreno no diga ‘basta’.
Y así, con el alma expandido y el corazón contento, sin miedos, os dejamos con nuestro fiel compañero de aventuras: el sonido del mar.
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Mientras tanto, nosotrxs seguimos acariciando la arena, disfrutando de su sonido, disfrutando de cada pisada. Nosotrxs seguimos caminando sin prisa, pero sin pausa. Mucho, siempre, todo.
En esta ocasión, ‘CDS’ acudió, a ciegas consigo mismo, hacia ese remanso de paz, en busca de esta oleada de vida que hizo que, durante un par de horas, perdiéramos el sentido de lo racional y entráramos prácticamente a un estado de éxtasis profundo.
El ritmo acompasado de las olas hizo que sobre nuestros adentros aparecieran sensaciones únicas, llenas de levedad, pero que en su conjunto, sabían a plomo.
De nuevo, el mar nos dio la VIDA y nos hizo casar CM3 de la capacidad pulmonar. No está todo perdido a pesar de todo.
Seguimos caminando en la distancia. Siempre. Juntxs. Mucho. Todo.
En esta ocasión, «CDS» volvió a sentirse libre, a andar a sus anchas, sin rumbo, tan solo siguiendo la silueta que se desdibujaba, tras unos segundos, bajo el mandato del ir y venir del oleaje.
«SOSIEGO» fue la palabra que nos marcó hace unas semanas, nuestra palabra de cabecera. Esa sensación de paz, de calma que tanto anhelábamos, la cual perseguíamos hasta caer exhaustos, pensativos, esperanzadxs a fin de cuentas.
Ahora, en este ir y venir de las olas, nos damos cuenta de que la vida se decanta de uno u otro lado por pequeñas decisiones, por un simple movimiento de ficha, por una corazonada que te deja o no avanzar.
Una oportunidad de seguir, de aletear y seguir, de amar y seguir.
Nosotrxs seguimos el camino. Seguimos. ¡Hasta la próxima!
En esta ocasión, ‘CDS’ se fue en busca de aventuras, de nuevos territorios bonitos por descubrir. Mapa en mano, y en la mejor de las compañías, pusimos rumbo a Cala Cerrada, una playita con mucho encanto, de las difíciles de encontrar.
Campillo de Adentro, caserío que forma parte de la diputación cartagenera de Perín, era la referencia principal. A partir de ahí, un sinfín de curvas nos dirigieron hacia el lugar a partir del cual comenzaría verdaderamente la aventura.
Con nuestros bastones en mano y contando con la prisa de que podíamos acabar con el rumbo del revés, comenzamos a caminar con el corazón contento y los pulmones deseosos de llenarse de aire puro de buena mañana.
De esta manera daba comienzo nuestro 1 del 1 particular, dispuestos al 100% para toparnos de frente con esas vistas espectaculares que lucían luminosas en nuestras retinas.
Tras unos 45 minutos de caminata intensa y de alguna que otra risa que inauguraba el marcador de este 2020, avistamos agua salada al alcance de nuestras manos, y de nuestros pies, claro, esos que cada 7 u 8 de cada 10 ocasiones acababan catando la humedad, en esta ocasión, del Mar Mediterráneo.
Nuestra primera playa del 2020 nos ha dejado muy buen sabor de boca. A partir de ese momento, tan solo nos dejamos llevar.
Desde aquí os deseamos lo mejor para este 2020 que acaba de comenzar. Toca seguir y fluir. Seguimos…¡hasta la próxima!
En esta ocasión, Cala Cerrada nos recibía con una apertura sobrenatural, tanto, tanto, que el esfuerzo que nos supuso el llegar hasta allí, mereció la pena desde el segundo uno.
Esas piedrecitas que reposaban amablemente sobre la arena, hacían que nuestros pasos se trabaran, a la vez que las olas del mar nos impulsaban hacia la superficie, lo que viene siendo un ‘una de cal y una de arena’ en toda regla.
Caminar,
fluir,
recargar de aire puro los pulmones y, además,
luchar por un futuro más esperanzador en la medida de lo posible.
Nosotrxs seguimos sin cortes, sin filtros, con cicatrices de guerra, pero pacífica, en son de paz.
En esta ocasión, ‘CDS’ acudió a la llamada de Pinatar Natura que, junto al Grupo Scout Marino Hipocampo 503, a lxs amigxs de Menor Plastic y otrxs amigxs geniales, se encargaría de retirar los plásticos protectores de todas las plantas que, en su día, llenaron de vida la zona del Pinar de Coterillo, en la localidad de San Pedro del Pinatar.
Momentos antes de dar comienzo con la actividad, Fran Ramos, el artífice imparable de actividades tan potentes como esta, nos ponía en antecedentes y daba las indicaciones pertinentes para que todo fuera lo mejor posible .
A continuación, Ginés Soler, coordinador del Grupo Scout, entregaba una pañoleta conmemorativa a Fran, un momento de los más emocionantes que hemos vivido hasta el día de hoy desde que pusimos en marcha nuestra andanza de mar, amor y VIDA.
El Pinar de Coterillo, repoblación de pinos carrascos realizada en el año 1917 con el fin de evitar el avance de las dunas, se encuentra situado en el enclave del Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro.
Dentro de la inmensidad de la zona cercada, teníamos una buena misión por delante. Perdimos la cuenta de los palitos de madera y protectores de plástico de color verde que pudimos arrancar del suelo, con todo el cuidado posible, para no dañar las plantas. Durante bastante tiempo les hicieron el favor de ser sus escudos vitales. Ahora llegó el momento de dejarlos volar en solitario.
Una vez concluída la misión, tomamos un refrigerio y recuperamos fuerzas para lo que se avecinaba, la parte más divertida y mística de la jornada: un censo de camaleones, un broche de oro multicolor que nos agudizaría el ingenio y los sentidos al máximo.
Tan solo La Luz de las linternas y la ilusión de lxs niños, y no tan niñxs, convirtieron ese lugar en un espacio mágico.
10 fueron los ejemplares que fuimos capaces de censar, y, entre ellxs, dos bebés tan, tan pequeñitxs que daba un poquito de miedo hacerles daño, por lo que los tratamos con sumo cariño.
Y así, con la noche en todo su esplendor, daba por finalizada otra de las muchas experiencias de VIDA a las que hemos tenido la suerte de poder asistir en compañía de gente maravillosa.
En esta ocasión, ‘CDS’ acudió a la celebración del ‘II Aniversario de Pinatar Natura’.
Momentos de VIDA, de esos que no se olvidan.
Un año más tarde, volvíamos a juntarnos a celebrar que seguíamos ahí, con el espíritu flamenco en todo lo alto, y, a fin de cuentas, a celebrar un encuentro esperado tras meses de incertidumbre e intranquilidad.
La ‘nueva normalidad’ no deja en el olvido a esa familia que se elige, o aquella que, a pesar de no compartir sangre, siempre tiene un soplo de aire fresco dedicado exclusivamente para ti.
Una ‘performance’ muy divertida para concienciar a lxs conductorxs acerca de la necesidad de extremas las precauciones en dicho entorno sagrado, el del ‘Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar’, daba lugar a un atardecer mágico que celebramos con un buen refrigerio y un sorteo de regalito, como no, muy pero que muy flamenco.
Estamos deseando que llegue el tercer aniversario, pero mientras tanto, disfrutemos de este, porque VALE LA VIDA.